Olimpia era una hermosa señorita que no sabía nada del amor y lo quería conocer.
Todos los días oraba a la Naturaleza para que pusiera al amor en su camino, para que pusiera al Changuito de sus sueños en sus brazos y su corazón.
Un día lejos de ahí, Bobi Kong, el chango más fuerte del mundo, pero el más solitario, añoraba lo mismo que Olimpia. Sin saberlo, ambos estaban pidiendo lo mismo al Firmamento, se lo exigían al Cosmos, al Universo y a la Naturaleza; que les enviaran a alguien para amar y ser amados por estos seres amantes y amados recién llegados.
Un día Bobi Kong, en sus dominios en la jungla de la vida, de los bosques de lo contingente, en la bruma de lo incierto y en el caos de lo cotidiano; vagaba sin rumbo en busca de su Changuita, de repente vio a seis malhechores pateando y cruelizando a la más hermosa serpiente emplumada que hubiera visto en toda su vida, los seis malandros también pisoteaban a un pequeño niño que resplandecía como el Sol, como si fuera Tonatiuh, así entonces Bobi Kong se engendró en pantera, en una pantera negra, en una pantera bestia negra y repartió golpes, zapes, kovaskis, chiliwilazos, cocos sin ginebra; pateó a gusto a los seis malandrines; que no vieron solo lo duro sino lo tupido; cuando pensaron que Kong ya les había dado todo su merecido, veían que ese solo era el principio del castigo. leer todo...