LAS HUELLAS DE UN FUGITIVO

Joaquín López Alduna es un ciudadano de tantos, cuya vida transcurre por los carriles cómodos de la monotonía y de la mediocridad. Tiene una profesión que le permite vivir desahogadamente; una mujer, Wanda, muy estructurada, que maneja su casa con mano férrea y que se atiene estrictamente a los mandatos del núcleo social al cual pertenece; es socio de un club de tenis al cual concurre los fines de semana a jugar partidos con rivales tan poco dotados como él; posee una casa cómoda y un buen auto de marca premium. Por lo tanto, la suya es una existencia vulgar, sin riesgos ni sobresaltos, que carece de expectativas que la condimenten.
Pero todo cambia en forma sustancial cuando un cierto día se cruza en su camino una mujer singular y entonces, por primera vez en su vida, tira las convenciones por la borda y se deja arrastrar por la pasión y no por la razón. A partir de allí, su existencia se complica pero al mismo tiempo se enriquece y, participa de vivencias que lo transportan a los ámbitos de los sentimientos más extremos. Pero su inexperiencia en transgredir normas sociales lo lleva a protagonizar un hecho traumático, a partir del cual su apacible vida se desmorona y se ve obligado a emprender una desesperada huida por distintos lugares del país. En cada uno de ellos lo aguardan variadas alternativas, algunas adversas y otras jocosas.
Pero toda esa cadena de acontecimientos culmina finalmente de una manera sorpresiva, porque cuando todo parece concluido y el desenlace es inminente, ocurre un hecho insólito que trastoca absolutamente la historia.
Finalmente, este relato es una suerte de "road movie" literario, y, por lo tanto, está atravesado por diversas circunstancias de distinta naturaleza, algunas de ellas festivas y otras dramáticas. leer todo...