La pluma de oro
De la Pluma al teclado
manido.
La mayoría de los poemas son reversibles, pueden leerse también de abajo hacia arriba, pueden rearmarse las estrofas y con su reacomodo lograr coherencia en el sentido del poema. También puede encontrarse con una estructura fija, donde las estrofas se conservan tal cual, son inamovibles, en otras palabras, son indesbaratables, son los poemas regresivos. Permite este tipo de estructura que aparezcan poemas simétricos con formas estructurales fijas, basta con analizar uno de ellos para entender su forma o arquitectura.
Con un pie de página se resaltan algunos para tener claridad en el concepto. Así el lector tendrá la oportunidad de leerlo de las dos formas: regresivo o reversible.
No sólo existen imágenes en La pluma de oro, también hay un sentido que el autor nos despierta con algunos de sus poemas y es el gusto; el vino está presente en algunos versos, como sorbos de un cáliz sanador:
"A salud de una estrofa que ha nacido/como simples respuestas al dolor/apuramos el trago merecido/un buen vino de angustias hay servido/cuán amargo es el trago del amor" Tras los poemas clásicos, las filigranas y los místicos, la última parte del poemario es un esmerado catálogo de endecasílabos cada uno de un tipo diferente a los que yo me he tomado la libertad de bautizarlos como "noviembres" por el número que representan y la belleza del mes.
Charo Bernal Celestino (España) leer todo...
Libardo Ariel Blandón Londoño
con la música, lo que le ha permitido una vida llena de satisfacciones y alegrías.
Es un biólogo dedicado a la enseñanza en una de las universidades de la ciudad de Medellín, le encanta compartir sus conocimientos con aquellos que empiezan a trasegar por los arduos caminos de la vida; sus pupilos son la razón de su trabajo. Como biólogo ha realizado trabajos de investigación sobre los murciélagos y sobre metacognición como mecanismo de aprendizaje de las Ciencias Naturales.
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