Marina, al igual que Gustavo, viven en la ciudad de Bucaramanga. Afortunadamente están bien de salud, conservan la lucidez mental y tienen excelente memoria, herramienta que me dio la mayor cantidad de recursos necesarios para realizar este libro.

Gustavo tiene 92 años y debido a la cuarentena no pudimos reunirnos en familia a celebrar su cumpleaños número 90; celebración para la cual ya habían confirmado asistencia más de 50 familiares de varias partes del país. Marina tiene 88 años y comparte el hogar junto a mi mamá ( María Amparo) y mi hermano. (Martín Alonso).

Los dos siguen siendo el pilar fundamental de la familia, pues siempre están atentos a sus sobrinos y demás familiares, ya sea a través de sus oraciones, pidiendo por el bienestar de todos y/o a través del uso de las tecnologías, que los dos manejan muy bien; gracias a sus teléfonos móviles logran comunicarse con todos los seres queridos y tener noticias actualizadas de todos.

Los cambios son innegables, sin embargo, el interés de Marina y Gustavo, el amor por su familia, su calidez y preocupación por el estado de todos se mantiene intacto; como ha sido siempre desde que tuvieron la posibilidad de forjar sus formas de ser: familiares, respetuosos, amorosos y sobre cualquier cosa, ejemplos de vida. leer todo...