Los hechos que dieron origen a esta pequeña novela ocurrieron en las estribaciones de la Serranía de Perijá, Colombia, en una época en que las fronteras no se percibían, sus habitantes desconocían a qué país pertenecían y las noticias nunca llegaban; tampoco había cementerios y sus difuntos los enterraban en el patio de la casa. De los combates de la Guerra de los Mil Días que tuvieron lugar en la Baja Guajira, a pocos kilómetros de donde vivían, sólo se enteraron mucho tiempo después por las citas orales que los descendientes de Cristóbal Baquero, protagonista de esa confrontación entre conservadores y liberales que contaban a sus familiares y amigos.

Los participantes de este relato replicaron, por varias generaciones, el mismo sistema de vida, sin valor agregado. Eran como tortugas que, al nacer, buscaban, no el mar, sino superar los obstáculos que ofrecía la pobreza extrema. Pero alguien reaccionó frente a esta situación, pensando que podría romper las ataduras y darle un giro a su heredad. Ese fue Heliodoro Araujo, una especie de Quijote que no midió bien el peso de sus decisiones pese a tener al frente los molinos de viento. Una falsa esperanza lo llevó desde las montañas hasta el mar caribe donde las olas marinas mezcladas con el turbio río ranchería le hicieron perder la noción de la realidad. Heliodoro fue tan intrépido como ingenuo. leer todo...

La esclavitud mental es la peor de las cadenas y las religiones esclavizan; por eso, hacer observaciones sobre temas religiosos no es fácil; la mayoría de las personas está casada con algún credo y no está dispuesta a renunciarlo y ni siquiera a revisar-lo, su fundamentalismo atávico es ley, su pasado lo convirtió en momia del destino. Esta estructura cultural es un acumulado de milenios y generaciones cuyos cerebros han sido saturados de mitos y leyendas, lo que digan sus llamados textos sagrados es inamovible, los consideran como verdad absoluta y su fe se vuelve paradigmática. Se ha dicho que las culturas no son más que redes de instintos artificiales que pue-den influir en el comportamiento de la sociedad civil. leer todo...

La esclavitud mental es la peor de las cadenas y las religiones esclavizan; por eso, hacer observaciones sobre temas religiosos no es fácil; la mayoría de las personas está casada con algún credo y no está dispuesta a renunciarlo y ni siquiera a revisar-lo, su fundamentalismo atávico es ley, su pasado lo convirtió en momia del destino. Esta estructura cultural es un acumulado de milenios y generaciones cuyos cerebros han sido saturados de mitos y leyendas, lo que digan sus llamados textos sagrados es inamovible, los consideran como verdad absoluta y su fe se vuelve paradigmática. Se ha dicho que las culturas no son más que redes de instintos artificiales que pue-den influir en el comportamiento de la sociedad civil. leer todo...