Algunos poemas y otras yerbas
se da a la tarea de leer a otro, es ese otro quien piensa por uno, en el mejor de los casos, uno logra repetir el proceso mental de quien escribió. Si a eso vamos, entonces, cuando se trata de escritos como estos donde las estructuras se olvidaron, donde simplemente se retira la piel y se descubren humeantes, enrojecidas y sangrantes las carnes y demás fibras interiores, encuentra uno que no se pretende algo distinto a expresar verdades, las de a turno, las de momento, nada para la postrimería, nada para la eternidad, el simple paso entre paso, y es así, como al final de la lectura se preguntará uno ¿y qué fue lo que por mí pensaron? leer todo...
Juan Carlos Manco Posada
Uno más en ese proceso de aprender a darse a entender por escrito. Admirador como el que más de quien tiene el don de la palabra bien dicha.