Raigambre

En cuanto al género que primero atrapa está la poesía, quizás porque en lo que se refiere al empleo a metódico del lenguaje, nos adentra en una dimensión de la palabra que supera las reglas de lo significado, utilizándolas como si fueran zancos, para colocarse en una visión multi-perspectiva.
De comienzo el que escribe como que no haya un modo fiel de fijar el sentimiento experimentado en un momento dado, y esto es muy lógico, ya que conjugar tiempo, espacio, y suceso, amén de lo ordinario que pareciera mostrarse el ejercicio de hacer poesía, tiene necesariamente que incluir el apasionamiento, porque sabemos que tal prosa lo es sólo en apariencia.
De manera que el hacer poesía permite huir del mundo falsificado por los sentidos para asomarse a otras regiones, permite evidenciar lo arduo que ha resultado semejante trabajo de falsificación, y lo hermoso que se presenta el hecho de poder transformar el enfoque de la misma. No creo que exista forma más simple de acercarse a la naturaleza que adoptando el cambio como una revelación, una revelación acerca de la originalidad de los fenómenos que la muestran tal, y su comportamiento al trasluz de lo sentido... Aquello que a los ojos aparece superficial, en lo que se imagina afuera es naturalmente profundo.
En Raigambre el sentido poético intenta horadar en esa clase de profundidad, utilizando la palabra, busca crearse sus propias formas, sus propias curvaturas, dando paso a una riquísima gama de imágenes, en las que el amor romántico asoma y en ocasiones despunta, trayendo hasta el papel ofrendas líricas que traspasan el lenguaje y a la vez enseñan su mundo de posibilidades, ensanchado por la contemplación del paisaje, demostrando que nunca será tarde para descubrir el valor orgánico y la fuerza de la palabra escrita, pero también propuesta como voz poética entrañada a la necesidad de recrearla partiendo de un orden, de una composición. leer todo...