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Crónicas de Sabaneta de Barinas

Trochas del tiempo

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Los pueblos crecen de acuerdo a su expansión demográfica, triste para un pueblo que desee alargarse los pantalones cortos y no tenga actores que la cristalicen, ni autores que la escriban, es el calor de su gentilicio que les define con identidad propia, los hay muy dulces como los que se conocen por su tradición, para contextualizar con el trópico venezolano, por los lados de Yaracuy con sus cañamelares. Quien conoce Sabaneta desde el siglo pasado sabe que no tuvo como actividad agrícola la caña de azúcar, ese sueño se convirtió en una pesada carga o elefante blanco: el central azucarero más moderno y grande de Sudamérica (así se lee en su valla publicitaria). Un sueño faraónico que en promesa se quedó de parte de un actor que le dio un renombre inusitado, hoy en el folclore y humor criollo se cita como pueblo al que hay que construirle un cercado para que no salga otro personaje de igual performance. Dejando el humor a un lado, es preciso decir que sí cuenta con mecenas que le han brindado prestigio. Ilustres son los nombres de personajes que soñaron una Sabaneta muy pujante. Válido nombrar a hombres de la talla de: Eduardo Alí, Salustiano Yusti, "papá" Bayón, Laureano Elcano, Rosa Venero Lara, Manuel Martín Paredes, Alexis Márquez Rodríguez, Eduardo Quenza, los hermanos Mazzei, Eleazar Díaz Rangel, Alfredo Alvarado Melean, José María y Miguel Delgado. De personajes nacidos o no en la "Pequeña Mesopotamia" (como la bautizase Yajaira López) y que le han hecho referencia obligada al hablar de Barinas, es que nuestro estimado cronista sentimental Ricardo Aro, nos lleva a pasear por pasajes de su historia cuando el modernismo era apenas un potrillo bicéfalo bebiendo agua del Masparro y el Boconó. Sirva la obra para alimentar un poco la nostalgia por los tiempos idos. "Tiempos que se van, no vuelven..." Que pueda o no ser del todo cierto, no significa que debemos abandonar a la suerte o a la indolencia de quien no valora la lectura, nuestro valioso pasado tan cargado de anécdotas moralistas unas, pintorescas leer todo...

editorial
edición del autor
disponibilidad
impreso bajo demanda
año edición
2018
n° edición
1
categoría
Memorias
n° páginas
67
formato
17 x 24 cm (sin solapa)
papel
Papel Blanco 75 Grs
color
Blanco y Negro
Hermes Varillas Labrador

Sin utilizar tantos ambages. Soy venezolano, andino o “gocho” para mayor detalle, nací en Potosí (aldea que bauticé como "La Atlántida del Táchira")
Aún vivo en este país convertido por capricho de un genocida y ominoso régimen en un valle de lágrimas.
Mi labor como educador, aunque jubilado del organismo que
rige la materia, a mi edad casi senil, me niego a jubilar el lápiz y el papel, la tiza y el borrador, mi dedicación a la pedagogía y mi vocación, mientras el Creador me de licencia y me permita hacer más por crear en mi prójimo consciencia y más consciencia en los días que me restan de existencia.
De allí mi afición por escribir, sin fines de lucro, sólo la oprobiosa situación del país me obliga a colocar a la venta mi obra.
#FormandoCiudadanía, es mi etiqueta en las redes sociales, por si desean ingresar gratis a mis audiovisuales
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