La ética como "ciencia del comportamiento moral", plantea la necesidad de una visión renovada, de reconocer y asumir los cambios de moralidad que se están produciendo en este siglo XXI. La moral del individuo, de la familia o de la colectividad ha sufrido un cambio trascendental en valores, en estructuras sociales y en ideologías lo que provoca el actual modelo de sociedad con su correspondiente sistema ético. Afectada por la revolución tecnológica e informática a nivel global; donde el individuo intenta asimilar los cambios acelerados que llevan consigo una rápida modificación de los códigos éticos imperantes, que dejan de tener sentido y ya no sirven al individuo del siglo XXI, que tiene acceso a otras culturas y otras formas de pensamiento, a otras manifestaciones políticas y religiosas. Esa aceleración en todos los ámbitos de la vida, y especialmente en el ético, provocan en el individuo una sensación de anarquía moral, todo vale, se invierten y pervierten los valores tradicionales. El individuo percibe la confusión moral, la falta de referentes y criterios, para acabar instalado y acomodado en esta forma de vivir, que puede o no ser éticos.
Se trata de conocer distintos referentes tecnología, medio ambiente, guerra y paz, bioética, robótica y comunicaciones, sexualidad y compromiso con el medio ambiente, entre otros y como todos esos cambios hoy impactan realmente con el pretexto del desarrollo y del riesgo planetario frente a los abusos que realiza de forma galopante, el ser humano. Es así que, requiere que el ser social, ajuste y redefina los valores a las necesidades del ser humano actual y a la sociedad en la que desarrolla su existencia. Se busca conocer e inculcar en las generaciones venideras el profundo respeto por los demás, la solidaridad del género humano y mayor valor a la naturaleza o todo entorno vital; que, al reactivar y renovar cada valor, será un camino seguro de cambio y de protección del mundo. leer todo...

Una invitación a contemplar y reflexionar sobre los pilares de la formación integral de la persona y de la sociedad para recuperar nuevamente el lugar justo de la moral, junto al valor de la educación, en cualquier espacio que favorezca la verdadera democracia. La educación moral siempre ha planteado un sinnúmero de problemas y la clásica pregunta por el aprendizaje de la virtud: ¿puede enseñarse la virtud? ¿Puede enseñarse el comportamiento moral? y ¿vale la pena enseñarla? Sin duda son preguntas siempre actuales, pero carente de respuestas definitivas; lo curioso es el hecho de que hoy en día aquellos "a quienes corresponde" parecen haber sustituido la ancestral pregunta.

Presenta diversos temas actuales que sugieren la lectura crítica de quien se aproxima a ellos y que le afectan en sus decisiones. Propende por la claridad en el pensamiento y en las ideas que llevan a decisiones más humanas y comprometidas con lo que el mundo humano pide hoy; a definir con fortaleza y criterio el papel de cada quien en el concierto de la vida y de la movilidad y dinámica de la sociedad que debe aprender a realizar una lectura de los "signos de los tiempos" -el del progreso técnico y su creciente complejidad-, que lleva a padres y a políticas educativas a que más vale transmitir a los jóvenes cuántas habilidades técnicas sean capaces de asimilar para poder "defenderse en la vida" y alcanzar un nivel elevado de bienestar. Es preciso generar conocimientos y habilidades, llamar al equilibrio y a la justa valoración, ya que una sociedad bien informada tiene mayor capacidad de actuar con libertad y justicia. leer todo...