Quiero comenzar por el planteamiento que hiciera el profesor Lichtheim (1970), acerca de como se puede emplear el término "Socialismo" en sentido general (latu sensum), referido a las corrientes de pensamiento hostiles, en la teoría y la práctica del individualismo burgués. En sentido estricto o restringido (estricto sensum), sólo es aplicable a las ideas y movimientos compatibles con el enfoque de la nueva "inteliguentsia" y de la clase trabajadora industrial. Por lo tanto, excluye, por un lado, el romanticismo agrario, y por el otro, el elitismo Fascista. El primero porque repudia el mundo moderno; el segundo, porque rechaza el principio de que todos los hombres son iguales y propugna un gobierno permanente de una casta privilegiada que mantenga un dominio sin límites sobre una masa de siervos industriales despojada de sus derechos políticos.
Ahora bien; en ciertas aproximaciones conceptuales que buscan definir el término Socialista, siendo determinante que en algunas investigaciones traten de ubicarlo con los Estoicos y otros con el planteamiento que se corresponde con la idea del Génesis, en que se presume que la condición del hombre actual es producto de su interés material de poseer, mas allá de lo razonable, un cúmulo de riquezas que lo llevan a ser artífice de la explotación de sus semejantes. Es por ello que sería un anacronismo pensar que la forma de organización en la antigüedad, sin la plena consciencia de lo que conocemos hoy en día como "propiedad", signifique de alguna manera una forma primitiva de Socialismo que debería serviría de referencia al modelo planteado en la Venezuela del siglo XXI, y que ahora, el partido político español Podemos, quiere llevarlo a cabo, de llegar al poder, en España. De ahí, que surja desde una perspectiva politológica, la imperiosa necesidad de plantearse la siguiente pregunta: ¿cómo serán las nuevas relaciones de dominación y control del Poder Político, en este nuevo modelo de organización y convivencia social, llamado Socialismo del Siglo XXI? leer todo...