En la modernidad parecería que las ideas de educación y de emancipación no fuesen necesarias, e incluso incompatible, pues la libertad no se busca debido a que ya se tiene legalmente desde el nacimiento y si el asunto fuese la inserción a la cultura, existe el supuesto de que los avances de la tecnología moderna ponen a disposición del ser humano el conocimiento, le otorga derechos y resguarda su libertad.

Pero hay que entender que la educación es la verdadera liberadora, inicia en las primeras etapas de vida del ser humano, cuando es posible orientar al sujeto en su proceso de acceso a la cultura, entendiendo que si esto no se hace a tiempo será casi imposible lograrlo.

En resumidas cuentas el sujeto debe ser coartado para que llegado el momento pueda ser libre. Es por esto que el error más común en la educación es dar por hecho el asunto de la libertad, sin siquiera reflexionarse y planearse.



A partir de la relación entre la educación y la emancipación es que surge esta inquietud en los autores de si ¿es posible educar para la emancipación en la actualidad? y para responderla eligen tres autores modernos como guías: El primero enfatiza las dificultades que plantea la búsqueda de satisfacciones en la infancia (Kant y su texto sobre Pedagogía), otro que pone su interés en la forma en que la cultura llega al niño (Vigotski y su texto Psicología Pedagógica) y el último, interesado en la igualdad de las inteligencias entre los hombres (Rancière y su texto El maestro ignorante. Cinco lecciones para la emancipación intelectual). leer todo...