La salida de Gran Bretaña de la Unión Europea (Brexit) y la elección de Donald Trump, han sido leídos por algunos especialistas como una clara indicación de la agonía de la Unión Europea y del fracaso de la globalización. En realidad tales eventos no hacen más que confirmar la validez y vigencia de la globalización y la integración.
La globalización pone a prueba la eficiencia de las políticas económicas y sociales de los países. La emigración de la mano de obra, se produce para huir de las erradas políticas económicas y sociales imperantes en sus países de origen, o por estados de guerra, propiciados por los políticos que promueven el falso nacionalismo, el chovinismo y el enfrentamiento entre países. Los países que más se oponen a la globalización son los menos eficientes en el manejo de sus políticas internas, los que más irrespetan los derechos humanos, y aquellos donde tienen una activa presencia los políticos chovinistas y populistas.
Por eso, el rechazo de Trump al Acuerdo de París, es coherente con su rechazo a la globalización, pues Trump aspira que EEUU compita con precios más bajos que los países que sí respetan el ambiente y que terminan pagando los ciudadanos estadounidenses en pérdida de calidad de vida; un costo mucho más alto que los asociados a la pérdida de competitividad por no adoptar políticas acordes con los nuevos retos a la productividad y eficiencia. leer todo...