Desde pequeña, me sentí diferente, como si no encajara del todo en los espacios que la vida me ofrecía. Crecer fue un desafío, lleno de aprendizajes, caídas y momentos de incertidumbre. Fui la persona que buscaba respuestas en la introspección, que encontraba consuelo en la escritura y que aprendió a transformar el dolor en crecimiento. La vida me enseñó que la fortaleza no significa no caer, sino levantarse una y otra vez. Aprendí a soltar lo que no me hacía bien y abrazar mi autenticidad sin miedo. Hoy, comparto estas frases y reflexiones con la esperanza de que, al leerlas, encuentres inspiración y consuelo en tu propio camino. Este libro es un reflejo de mi viaje, pero, sobre todo, un recordatorio de que todos llevamos dentro una luz única. Que cada palabra aquí escrita te ayude a recordar la tuya.