Tiempo, Dios y Muerte, tres palabras disparan esta historia. Tres semillas hacia infinidad de preguntas que nunca terminan. Si el primer cuento no le asusta y acepta encararlas, el resto de la obra le conducirá a través de una historia pincelada por ellas, como la nuestra.

Siete miradas extrañas, siete enfoques de un mundo perdido, deben crear vida en uno nuevo.
Portan un artefacto milenario, que permite almacenar conocimiento y saltar, al azar, hacia el futuro. Lo utilizan para conectarse, cada uno en su propio presente sobre el mismo planeta al que acaban de arribar.

Una única misión: legar esa sabiduría a una nueva forma de vida, para que pueda apropiarla superando sus caídas y potenciando los rasgos más virtuosos.

En esta primera entrega, nuestros viajeros inician la vida en ese nuevo mundo y comienzan a toparse con las distintas especies que surgen. leer todo...

Los viajeros llegaron a la cúspide de su creación y convivieron con la especie dominante sobre una gran isla en medio del océano. Dos de ellos escaparon y la esfera los dejó juntos en tiempo y espacio. A partir de este punto las tramas se complican, tanto por las consecuencias de lo ocurrido durante el libro anterior, como por las nuevas culturas que van a comenzar a cruzarse en sus caminos. La misión pende de un hilo cuando se hace evidente la necesidad de un cambio en el equipo, afloran los deseos y las ambiciones individuales. leer todo...

El salto no salió como debía. La esfera milenaria, que almacena todo el conocimiento de la civilización perdida, está en manos de un niño y no se sabe dónde ni cuándo hubo de caer. Los viajeros restantes, en busca de cumplir su misión, continuarán interactuando con la especie dominante mientras esperan alguna señal de la esfera o se embarcan en su búsqueda basándose en sus sospechas.

Sesenta años en manos ajenas.
La esfera revive toda esa historia ante los ojos viajeros que intentan reunirse.
Algo ocurre en el intento, la esfera reacciona sorprendiendo a todos.

Mientras terminan de apreciar el paso de Imutes, nuestros viajeros continúan teniendo problemas con la esfera que ya no parece responder como antes. El evento en la pirámide registro frecuencias de energía novedosas, y desde entonces parecen haber cambiado las reglas del juego.
Si uno corre peligro, todos deberán actuar a tiempo y tomar las decisiones precisas para salvarlo.

La dinámica de saltos cambió, ahora la esfera traza sus propias alternativas mientras controla y mantiene al resto del equipo. Parece buscar algo relacionado con las lecturas de energía registradas durante cierto evento en la ciudad sagrada. Una particular armonía consonante aparece en nuevas personalidades que se cruzan con el hilo de saltos.
Los viajeros apuestan a encontrarse mientras recorren la historia saltando al azar y sin saber cuanto tiempo estarán en cada presente.

La última sesión grupal quizás haya ocasionado alguna consecuencia no prevista. La esfera continúa avanzando y saltando, intentando seguir los ecos de este evento. El resto del equipo sigue saltando sin control ni demasiadas estadísticas mientras la especie dominante toma el control completo del planeta, develando curiosas personalidades que suman a las nuevas lecturas de frecuencias. Cierto aspecto de la evolución despierta

Con las funciones del implante sumamente renovadas, el equipo se embarca en un nuevo intento de encontrarse tras la última sesión grupal.
La especie continúa contando su propia historia, ahora lo hará también entre calamidades climáticas y crisis gubernamentales. Se destacan nuevas lecturas de energía interna de la mano de su natural evolución. Las nuevas tecnologías impactan muy profundo en la cultura y a través del tiempo se hacen notables las consecuencias.