Elena soñaba con ser escritora. Desde niña, los libros fueron su refugio, y su diario, su único confidente. En sus páginas escribió historias llenas de sueños y anhelos, buscando en cada palabra la fuerza para escapar de una realidad que siempre la golpeaba.

Pero un día, todo cambió. Una traición que nunca vio venir llenó su corazón de dolor y de una venganza que la consumió lentamente. Sus sueños de escribir se desvanecieron como tinta corrida por lágrimas, y su diario se convirtió en el silencioso testigo de una vida que dejó de buscar la luz.

Elena dejó su historia en esas páginas, un final escrito con la tristeza de quien lo perdió todo, incluso a sí misma. Ahora, sus palabras son un recuerdo de lo que pudo haber sido y de los sueños que el dolor apagó para siempre leer todo...