En forma por demás inesperada, una gran responsabilidad ha caído sobre el joven Rátunis; su abuelo, Rodomor, el último de los Originarios, y, unificador del Clan de la Rata Blanca, envejecido y, con la convicción de los oscuros días por venir, ha decido que sea él, el protagonista para salvar del peligro de la extinción a la numerosa colonia de roedores.
Un viaje épico que inicia en el interior de la casa que, hasta entonces ha sido su hogar; las tribus de ratones de la cocina, el comedor y los pisos superiores lo acogen con beneplácito como portavoz del anciano líder. La prueba de fuego está, donde, pocos son los ratones que se han atrevido. Tendrá que ir consolidando su posición y ganando la confianza entre las tribus de ratas que habitan en el exterior. El primero será el inestable Róderic, jefe de las ratas cafés, señor de la bodega, siempre ha sido un hueso duro de roer, el pequeño ratón es sabedor que ningún plan estará completo sin su colaboración.
Rodomor, hábil manipulador, intenta sacar provecho de la mítica figura blanca de Mousantonio, referente histórico entre la sociedad ratonil, y la semejanza que su nieto conserva con él será decisiva; ambos, son blancos.
Rátunis tendrá que recurrir a toda su astucia y poder de convencimiento para mantener unido al Clan; Ratoberto, como jefe del granero, podría marcar la supervivencia o no de la colonia completa. En su épico viaje, los lazos de amistad con Mau-Rat, se reafirmarán y, juntos rata y ratón, compartirán aventuras inimaginables para estos dos diminutos seres de un submundo que apenas si conocemos.
Un relato que nos debería poner en perspectiva nuestra propia posición y, hacernos pensar hacia donde nos encaminamos como humanidad. leer todo...