Con una trama dividida en dos tiempos narrativos que circundan entre el relato testimonial y la novela existencialista, en Virginia a las veinte horas, la narradora descubre una forma inmejorable para captar la atención del lector desde el primer momento. En este breve estipendio literario hallamos personajes, objetos, recuerdos y lugares cargados de símbolos, emociones y representaciones de la psique humana, que son inconfundibles capaces de trasladarnos a experiencias personales propias.
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Gracias al uso de un lenguaje bien articulado y distintos procedimientos estéticos, la historia va develando, en forma de gotero, los distintos eventos traumáticos que han forjado el carácter de su protagonista, por lo que es imposible no sentirse identificado con ella y sus dolencias.
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En esta ocasión, como en grandes obras de la literatura universal, nuestra protagonista decide emprender un viaje geográfico y emocional que sacude lo hondo del ser y la catapulta hasta su verdadero destino; El lector atento sabrá descubrir de qué se trata.
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Por otro lado, es importarte reconocer la forma en que la fragilidad y vulnerabilidad humana quedan expuestas en los personajes de este relato. Su protagonista, así como aquellos que la rodean saben encarnar a las personas que cargan con valijas emocionales en silencio, sin desprenderse de ellas, incluso si ello les ocasiona un daño irreparable.
A pesar de ser el primer libro publicado del autor Luis Rafael Rodríguez, nos encontramos con una obra madura, bien trabajada y con una estructura elaborada desde el cuidado y una maestría narrativa sobresaliente. Cada lector que decida aventurarse a leer Virginia a las veinte horas tendrá la posibilidad de reconocer en esta narración a una obra emergente con grandes dotes estéticos, filosóficos y psicológicos. leer todo...