Quiero ser tu último beso
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dentro de un manicomio. Ignoraba sexo, día, época. Tenía la boca desalivada y una progresiva cefalea. Hacía calor. Un mosquito se divertía zumbándole al oído. Miró por la ventana: los pájaros vigilaban desde las ramas. No supo diferenciarlos ni por color ni por tamaño. Los supuso petrificados. Atrás de ellos, percibió nubarrones y silencio. Su torso estaba cubierto de sudor. Era un momento inerte. Estimó que su cuerpo no proyectaba sombra."
... así comienza esta novela experimental y delirante como los sueños, como las creencias, como las verdades, como el amor, como la institución familiar.
A usted, lector osado, lo convido a mirar la realidad desde otra óptica. leer todo...
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