Metamorfosis del verso
queda por vivir.
Sentarse en el camino para sacarlos de su crisálida es solo un pretexto para ocultar las melodías que tarde o temprano habrán de brotar por los poros de una diáfana existencia que se niega a morir aprisionada entre las paredes de un mundo que jamás le convence.
Ahora, las palabras han cobrado vida nueva, salen de su destierro hacia ese mundo del que huyeron, se entremezclan entre un pasado ya escrito y uno que fortalece sus silencios para hacerse vida en cada verso, en cada frágil manoteo de mis dedos sobre el teclado de las ausencias y las presencias que han inspirado cada verso, cada palabra, cada rincón por donde ha pasado la historia de quien se atrevió a dibujarlos en el alma de quien ahora los lee.
Ha llegado la hora de que estos versos sean de otros, se escondan en los bolsillos de las almas de otros y pasen quizá a ser historia en la fragilidad de alguna existencia que sin miedos se atreva a leerlos.
Al final, cuatro historias sin retorno, historias escritas cuando los versos dormían cansados en espera de ser de nuevo utilizados en otro presagio del camino, historias sin estación, sin destino. Cuatro historias que el lector podrá ubicar en la estación de sus afectos o simplemente guardarlas en el camino de sus recuerdos. leer todo...
Martha Graciela Arias Rey
Licenciada en Filosofía y Letras. Magister en Educación. Poetisa por pasión.
Apasionada por la educación
Maestra Ilustre de Colombia 2008
Una mujer del camino.