El laberinto del aprendiz

No por ser una pequeña urbe, Ciudad Grande es ajena a las bajezas humanas. Delitos y dificultades, incluido algo tan grave como el secuestro, surgen en la pequeña gran urbe, cuando, figuras de innegable ruindad y vileza, se dan a la oscura labor delictual, la intimidación y el saqueo.
En cambio personas de escaso peldaño en la escala social, dedicados al estudio y la investigación, combinan su apego a la creatividad y el bien, en el intento de esculpir, exitosamente, la culminación de una carrera universitaria, dedicados con tenacidad al cultivo del estudio y las buenas maneras en la convivencia entre humanos. En esta historia de cambiantes matices de proceder humano, surge también la música como bálsamo atenuador de las dificultades, el
clarinetista Telémaco Alvarríguez se ocupa de ello con su orquesta. Una agraciada joven de la comunidad es secuestrada. No obstante, Valupínea Almoides, así llamada, sobrepuesta a su particular martirio, singularmente carcelario, da el modo de resolver su cautiverio, intentando escapar de sus opresores. La policía debe intervenir, y, dirigida por su experimentado jefe, el
Inspector Jefe, Aristóteles Ganrrijo, intenta «deshacer entuertos» con sus ayudantes, para resolver las intrigas y conspiraciones surgidas, cuando, en otro momento la casa Almoides es atacada por delincuentes. Un buen número de aviesas circunstancias y situaciones se dan en esta excepcional historia de intrigas, cobardía, conspiración, romance, amistad, agresiones, ocurrencias, risas y delitos, se amalgaman en una singular vivencia de entretenida lectura y esparcimiento. leer todo...