El escabroso tema de un crimen, ensombrece la amable y sonora competencia de dos orquestas de música popular que, haciendo las delicias de los pobladores de una ciudad, sin estridencias o inútiles forcejeos, disputan por la atención de un público amable y pacífico, aunque sumamente dispar.
Aparecen sin embargo, personajes inclinados a bajas pasiones, haciéndose esclavos de reconcomios como la ira y la envidia, y, arrastrados por el imperio del ego, sucumben a deleznables bajezas que llevan al delito.
Entre personajes de nombres, en su mayoría poco comunes; emociones, disputas, y murmuraciones, los humanos se debaten en multiplicidad de conflictos. La música, sin embargo, como inmarcesible marco de expresión, da su acento de dulzura al conflictivo ambiente en el que, la sencilla familia Ransibeira, convertida entre otras, en espectadora del acto de violencia, promueve situaciones de cariño y simpatía en el seno de la pequeña sociedad de Ciudad Grande. Una ciudad cualquiera en la que, un Odiseo, tan noble y aguerrido como el mítico héroe, conduce una enrevesada jornada musical a través de circunstancias apremiantes, en un singular forcejeo entre la música de carácter sinfónico, y la controvertida música popular.
Telémaco Alvarríguez, emulando al valiente hijo del famoso héroe mitológico, emerge con su orquesta de ritmos bailables, proporcionando apoyo a la cruzada musical de esta historia; que no pretende ser apasionante, pero aun así, envuelve complejas añagazas e intrigas de vivo interés para el análisis.
Cantantes de ritmos tropicales, aunados a fogosos intérpretes de temas de música bailable, con acopio de interpretación en los tambores e instrumentos musicales dan movimiento a un singular drama como en cualquier otra sociedad. leer todo...

El escabroso tema de un crimen, ensombrece la amable y sonora competencia de dos orquestas de música popular que, haciendo las delicias de los pobladores de una ciudad, sin estridencias o inútiles forcejeos, disputan por la atención de un público amable y pacífico, aunque sumamente dispar.
Aparecen sin embargo, personajes inclinados a bajas pasiones, haciéndose esclavos de reconcomios como la ira y la envidia, y, arrastrados por el imperio del ego, sucumben a deleznables bajezas que llevan al delito.
Entre personajes de nombres, en su mayoría poco comunes; emociones, disputas, y murmuraciones, los humanos se debaten en multiplicidad de conflictos. La música, sin embargo, como inmarcesible marco de expresión, da su acento de dulzura al conflictivo ambiente en el que, la sencilla familia Ran-sibeira, convertida entre otras, en espectadora del acto de violencia, promueve situaciones de cariño y simpatía en el seno de la pequeña sociedad de Ciudad Grande. Una ciudad cualquiera en la que, un Odiseo, tan noble y aguerrido como el mítico héroe, conduce una enrevesada jornada musical a través de circunstancias apremiantes, en un singular forcejeo entre la música de carácter sinfónico, y la controvertida música popular.
Telémaco Alvarríguez, emulando al valiente hijo del famoso héroe mitológico, emerge con su orquesta de ritmos bailables, proporcionando apoyo a la cruzada musical de esta historia; que no pretende ser apasionante, pero aun así, envuelve complejas añagazas e intrigas de vivo interés para el análisis.
Cantantes de ritmos tropicales, aunados a fogosos intérpretes de temas de música bailable, con acopio de interpretación en los tambores e instrumentos musicales dan movimiento a un singular drama como en cualquier otra sociedad. leer todo...

Genial comediógrafo de la antigua Grecia, Aristófanes de Atenas, revolucionó la literatura y la representación escénica con brillantez hasta nuestros tiempos.
En Ciudad Grande, su homónimo, Aristófanes Galincho, paladín del enfrentamiento entre las tendencias en pintura, antepone su condición de artista, exclusivamente figurativo, en
contraposición a las ideas y tendencias de Protágoras Montemar, defensor del abstraccionismo, su inclinación primordial en el arte del lienzo.
Serios conflictos se generan en el seno mismo de reconocidas instituciones del lugar, cuando otros artistas del pincel enfrentan los embates de Galincho y su polémico temperamento artístico.
El ideario de un prudente pensador de la comunidad, aparece en escena para guiar los caminos de allegados y amigos que le consultan, intentando alcanzar el equilibrio donde existen serias desavenencias, graves conflictos, choques y roces, ante la controversia suscitada por el pintor. Bartolomé Viamonte aparece como vínculo de orientación entre algunos amigos.
La sombra del crimen empaña la labor creadora de maestros y artistas del lienzo, obligando a dos avezados detectives de la ciudad a investigar con denuedo y pertinacia venciendo grandes obstáculos para encontrar al delincuente.
Un ingenioso trabajador, especie de «doctor en jardines», proporciona aclaración indiscutible en la solución del conflicto delictual. Sazonada con el interés por el juego de ajedrez de dos
pequeños amigos, la tirantez del delito se atenúa y parece suavizarse.
Briseida y Aristócrates, niños acuciosos, de gran inteligencia proporcionan a la aspereza y rigor de esta historia su acento de dulzura y equidad. leer todo...

La imaginación de una joven adolescente debe retroceder a un pasado algo lejano, cuando un periodista de una pequeña población semi rural, exigente como pocos, pide a la chica la redacción de un texto que recuerde remotas canciones, al momento no escuchadas, con la intención de traer su recuerdo al presente para que sean adoptadas por nuevos cantantes y agrupaciones musicales, de moda en el momento. Títulos famosos, al fin y al cabo.
Ivanna Deniska Valeriya asumirá el desafío y enfrentará, con ayuda de sus abuelos, el excepcional reto del periodista, para rendir homenaje y justo tributo a aquellas glorias del pasado. Ex profeso, no son mencionados los nombres de poetas y compositores, para dar pie, por parte del lector, a una singular búsqueda en la red de comunicaciones, en referencia a la autoría de las bellas canciones y poemas. En cambio, sí se nombran los correspondientes títulos de los temas de este amable y singular relato, lo que provocará un característico rastreo de nombres, apelativos y distinciones en una sin igual aventura de conjeturas, melodías y poemas. leer todo...

No por ser una pequeña urbe, Ciudad Grande es ajena a las bajezas humanas. Delitos y dificultades, incluido algo tan grave como el secuestro, surgen en la pequeña gran urbe, cuando, figuras de innegable ruindad y vileza, se dan a la oscura labor delictual, la intimidación y el saqueo.
En cambio personas de escaso peldaño en la escala social, dedicados al estudio y la investigación, combinan su apego a la creatividad y el bien, en el intento de esculpir, exitosamente, la culminación de una carrera universitaria, dedicados con tenacidad al cultivo del estudio y las buenas maneras en la convivencia entre humanos. En esta historia de cambiantes matices de proceder humano, surge también la música como bálsamo atenuador de las dificultades, el
clarinetista Telémaco Alvarríguez se ocupa de ello con su orquesta. Una agraciada joven de la comunidad es secuestrada. No obstante, Valupínea Almoides, así llamada, sobrepuesta a su particular martirio, singularmente carcelario, da el modo de resolver su cautiverio, intentando escapar de sus opresores. La policía debe intervenir, y, dirigida por su experimentado jefe, el
Inspector Jefe, Aristóteles Ganrrijo, intenta «deshacer entuertos» con sus ayudantes, para resolver las intrigas y conspiraciones surgidas, cuando, en otro momento la casa Almoides es atacada por delincuentes. Un buen número de aviesas circunstancias y situaciones se dan en esta excepcional historia de intrigas, cobardía, conspiración, romance, amistad, agresiones, ocurrencias, risas y delitos, se amalgaman en una singular vivencia de entretenida lectura y esparcimiento. leer todo...