El eco de un momento
recreo en una odisea.
Sabía que bajo esa actitud revoltosa había un corazón brillante y lleno de sueños, pero los constantes problemas habían empezado a marcar su relación.
Un día, al regresar de la escuela, Luckas tropezó con una piedra en el camino que lo llevó a una caída espectacular.
La risa de sus amigos se convirtió en preocupación cuando se dieron cuenta de que no era solo un rasguño; se había lastimado la rodilla.
Fue entonces cuando Maripi, la asistente social del pueblo y la escuela, apareció en escena.
Maripi, con una mirada comprensiva, lo llevó a su oficina para que limpie su herida.
Al escuchar sus palabras, Maripi comprendió que había algo más profundo en el comportamiento del niño.
Por primera vez, Luckas sintió que alguien realmente lo entendía.
Su creatividad floreció en pinturas vibrantes y en obras de teatro improvisadas que realizaba junto a sus amigos.
Cada actividad era un nuevo eco de un momento vivido, un recuerdo compartido, un triunfo personal.
La profesora claudia también notó el cambio y, aunque seguía habiendo desafíos en el aula, Luckas encontró nuevas formas de expresarse sin molestar a sus compañeros.
La transición no fue fácil, pero con la paciencia y el apoyo de Maripi y su maestra, Luckas se convirtió en un ejemplo de resiliencia y superación.
Una tarde, mientras se preparaba para una exposición de arte en la plaza del pueblo, Luckas miró a su alrededor y vio a sus amigos, maestros y a Maripi entre el público esperando ansiosos.
-Cuando era más pequeño, pensaba que estaba solo, que mi energía era un problema.
Esta pintura no solo es un reflejo de mi vida, es un eco de todos los mom leer todo...