Pasión y muerte de la historia

Las esperanzas apocalípticas siempre fueron parte de la interpretación teológica de la historia. Tal como el hombre busca, dentro de su experiencia individual la vivencia total de lo divino o la experiencia mística, de la misma manera se proyecta en la historia del mundo propiciando globalizaciones. Aquí es donde la totalidad mística termina siendo totalitaria. Cuando las globalizaciones de desconcentran aparece la idea finalista de la muerte del mundo. La apocalíptica es una característica que anuncia el final de la historia: su Armagedón. Cuando los Dioses no cumplen sus promesas, los hombres toman el control de su destino y surge el espíritu progresista y revolucionario. Y cuando este fracasa solo queda esperar la muerte definitiva de la historia.
Estos ensayos son un lúcido recorrido por los tiempos desde una mirada teológica. A través del mito, del arquetipo de la pasión, crucifixión y resurrección del héroe, Fuster explora la dialéctica de las épocas, de cómo en el tiempo se dan muertes y renacimientos de las Eras. Según la tesis del autor, hoy, la historia ha muerto. Ha sido crucificada. La técnica, lo digital, la crisis moral y la falta de representación política constituyen este entorno que está detenido en un deceso, en un no tiempo, en una Era posmoderna empobrecida, en la que solo queda su fantasma, su cadáver, las retrógradas creencias mágicas y los fundamentalismos religiosos que intentan volver al pasado utópico. Esta obra nos concientiza de la necesidad de recuperar los tiempos, de superar la religión y de construir un nuevo sujeto: ya que sin sujeto no hay historia y sin ella no hay esperanzas para el milenio que acaba de comenzar. leer todo...