SALAVERRY

Corrían los primeros 20 años del siglo XIX, y a la voz vibrante, mágica y guerrera de "Libertad", los jóvenes españoles americanos de la América del Sur e integrantes de las castas, bajo las órdenes de los libertadores de entonces, luchábamos, matábamos y entregábamos nuestras vidas en los campos de batalla de nuestras tierras, en lucha encarnizada contra los soldados de la vieja España Imperial, acariciando como primer y último pensamiento, el objetivo de lograr la ansiada independencia.

El Perú, había sido convertido en el último baluarte del imperio español, que aquí concentraba sus mejores fuerzas, excelentes oficiales probados en batalla, experimentados soldados en la Guerra de la Independencia española y los mejores pertrechos militares; y las corrientes independentistas del sur y del norte, desde Argentina y la Gran Colombia, conscientes de aquel peligro, miraban hacia estas tierras y requerían efectuar en suelo peruano, la lucha final contra los godos, para salvar de la esclavitud a todo el continente americano.

En setiembre de 1820, el general don José De San Martín y Matorras, había desembarcado en Pisco, al sur de Lima, despertando debates soterrados y expresiones de opinión que nunca llegaban a los oídos del virrey; pero aquel sabía que existían, y poco tiempo después, el libertador hizo un movimiento estratégico por mar, sentando su cuartel general en Huaura, al norte de la Ciudad de los Reyes, decidido a dar la libertad al Perú.
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