Delito Agravado

Cuando en un país tercermundista, los pobres se mueren, nadie se entera, nadie protesta; todos lo ignoran a su conveniencia. Cuando la avaricia de sus gobernantes se apodera sin cautela de los recursos de aquel pueblo; convirtiendo cada obra en mentiras sobre un papel.

Nadie lo menciona, ninguno cuenta la historia de la señora Juana y su hijo Pedro, quien se perdió en las drogas por desgracias de la vida; y si alguien la cuenta los demás no la escuchan.

El siguiente relato no es más que pura y llana ficción, la trama solo ocurre en la cabeza del autor, pero ciertamente el crimen en la vida real supera la imaginación.

Esta historia está planteada en la Cartagena de hace unos años atrás: esa con altas cifras de pobreza, de violencia y una calidad de vida bastante deplorable, perdón cuestionable.

La Heroica de 1990, esa que no ha variado mucho desde entonces, pues aún posee majestuosas murallas y casas coloniales, que representan la cultura formada tras la dolorosa historia.

Esa misma ciudad colorida que alberga más de 567 mil turistas anualmente, pero también esa que al otro lado se torna gris, donde 294 mil personas viven en condiciones de pobreza y 55 mil son indigentes.

Allí reinan la belleza y la injustica tomadas de la mano, la una ignorando la presencia de la otra como si no compartieran la misma tierra, y si hablo en presente es porque estas cifras son recientes.

Nació esta historia con el fin de resaltar lo que creemos extinto, abolido: la vida de estas personas es ficticia, repito, pero la protesta es tan real como la problemática sin resolver. leer todo...