Existen cerca de 1200 especies de murciélagos en el mundo y sólo tres son sanguinívoros, su dieta es muy variada, unos se alimentan de frutas: frugívoros, otros de polen: polinívoros, o de néctar de las flores: nectarívoros, otros son predadores: carnívoros, carroñeros: sarcófagos, los hay también insectívoros.
Como puede verse la dieta les permite hacerse acreedores a un vasto y privilegiado puesto en el control biológico en los ecosistemas del mundo. Lo que les permite ser dispersores de semillas, polinizadores, ejercer control biológico de pequeños roedores y de insectos. En un día ordinario los habitantes de una cueva, que pueden ser del orden varios millones de individuos, se imagina usted apreciado lector, ¿cuántas toneladas de insectos consumen en un solo día?
La otra cara de la moneda muestra todo lo contrario, el común de la gente se refiere a los murciélagos de una manera desdeñosa, con cierta repugnancia. Los murciélagos son feos, cochinos, son malolientes, dañinos, acaban con lo sembrados, se comen los frutos, arruinan las cosechas, son verdaderas plagas. Se meten por los techos, ensucian las paredes, no dejan dormir, muerden a las personas y transmiten enfermedades como la rabia, le chupan la sangre al ganado y a la gente. Son animales indeseables, hay qué acabar con ellos, diezmarlos hasta eliminarlos por completo.
El común de la gente confunde los murciélagos con los vampiros creando un mito de barbarie y condenándolos a ser los animales más diabólicos de la Naturaleza. Aquí aclaramos las dudas que hay sobre los vampiros, si existen o no y cómo se pueden tratar.