Esta es la síntesis de una experiencia de vida a través del mundo de la enseñanza de la física, y un ensayo de alternativas para el desarrollo de capacidades constructivas en los estudiantes, nutrida por un anhelo epistémico de explicar uno de los grandes enigmas de la física: la causa de la gravedad. El cerebro no solo aprende para la supervivencia de la especie, en el aprendizaje y la comprensión del entorno se involucra el misterio, y descifrarlo comienza a ser parte de la adaptación, llegando por ahí a la necesidad epistémica del conocer.
Esa tarea la complementa la escuela; no se trata solo de enseñar teorías sobre la naturaleza, se trata de comprender como se llega a ellas. Es enseñar la epistemología del comprender. El comprender cómo se explica y se construyen, por parte de nuestro cerebro los modelos que nos ofrezcan las mejores representaciones del mundo natural que habitamos. En esa construcción del universo que transitamos desde la escuela, que seguramente comienza desde nuestra concepción, pero que sería tema para otro estudio, está comprometido todo el equipamiento cognitivo que nos ha sido proporcionado para llegar tan lejos donde nos lleven las motivaciones. Lograr en el estudiante activar la capacidad de asombro, el encanto por el enigma, la provocación del misterio, es el gran reto de la enseñanza y un compromiso cognitivo, social y cultural de la escuela. Este trabajo es una insistencia por privilegiar esos procesos de pensamiento que conducen mejor a los estudiantes, a construir modelos de universos explicativos, complementarios y transformadores. Hacer que se sienta protagonista del acontecimiento constructivo de la explicación, es ampliar las vías epistémicas para hacer ciencia . Hacerle posible el "Eureka" con modelos de universos, hipotéticos, hasta incluso tentar la herejía en las teorías científicas. Y de esto trata la otra parte de este ensayo. De manera bizarra postulo desde los quarks, un modelo diferente que explica el origen de la gravedad. leer todo...