El escritor nos describe un mundo que hemos olvidado, pero ese mundo está allí: en la sonrisa de los niños, en su llanto en los sueños y fracasos, José es uno de esos niños que está dispuesto a luchar por sus sueños. Camino a la escuela es acompañado por sus ídolos: el Rey Pelé, Maradona, el Pibe. Valderrama. También es acompañado por ellos en sus largas tareas de trabajo. Se imagina en lugares emblemáticos como el Maracaná, el Monumental, el Azteca. La verdad, no los conoce, pero los recortes que tiene de ellos hace que su imaginación cabalgue a esos sitios.
Maradona le regaló unos guayos y le dijo que lo esperara un momento para jugar. Nunca sintió tanta felicidad en su vida. Al intentar colocarse los guayos no encontró sus pies, ¿Sería este el preludio que le depararía el destino?
El fútbol era todo en su vida. No había nada que lo hiciera más feliz que correr tras un balón.
Sus amigos son integrantes de la selección de fútbol de su escuela y quieren que el haga parte del equipo que los representará en la ciudad, algo en lo que José había soñado, pero la prohibición de su padre hace que transite por senderos peligrosos. leer todo...