Este libro, cuenta la historia de uno de esos héroes invisibles, un hombre que no cambió el mundo entero; sin embargo, cambió nuestro mundo y el de nuestras generaciones sucesivas de formas inimaginables. Mi padre, un hombre que con una escasa educación primaria y a pesar de que su vida no fue nada fácil, tuvo una visión de futuro distinta para nosotros. Entregándose por entero al compromiso de motivarnos, protegernos y enseñarnos el camino para salir adelante mediante el estudio y/o el trabajo digno; logrando así, sacarnos de un lugar donde ni siquiera había escuela primaria y de la realidad del campo en el que, cada pan que se lleva a la boca, literalmente, se gana con el sudor de la frente.
Mi padre nos enseñó que las heridas del pasado pueden sanar y que, el amor es la constante y el catalizador de la transformación. Que el futuro deseado, se construye y es posible para todos. Con cada palabra emanada de su boca, acción o decisión tomada, esculpió nuestra mente para traspasar fronteras, dándonos la confianza o seguridad que sí podemos lograrlo y que, cuando tropecemos o caigamos, ahí estará con los brazos abiertos para cobijarnos y volver a retomar el camino con más fuerza.
A medida que te sumerjas en esta lectura, te darás cuenta no solo de su determinación y enfoque para lograr lo que quiso, sino también de la bondad y entrega desplegada para construir y disfrutar del proceso paso a paso. Mi deseo es que, al leer esta historia, encuentres inspiración para motivarte a sanar tus heridas y enfrentar tus propios desafíos al ejercer la paternidad o maternidad, logrando ser para tus hijos la cuna segura que los cobija con amor y el guía que camina delante para enseñarles el sendero. leer todo...

¡ Advertencia! NO leas este libro si crees que para formar hijos responsables y respetuosos hace falta el castigo físico o psicológico. Pues, en las entrañas de sus páginas y, entre líneas, basado en hechos reales de una historia de dolor, que se teje entre luces y sombras de la infancia, hallarás, un claro cuestionamiento a esta forma de ejercer la paternidad. Y, dadas las condiciones de tu educación, cuya repercusión no reconozcas aún, es posible que, despierte, la sensación de rechazo y críticas controvertidas.
Es digno de reconocer, la encomiable labor de los padres, para sacar adelante a sus hijos. Los esfuerzos van más allá de las fronteras de lo material para adentrarse en la dedicación y compromiso de formar sus mentes; acompañarlos y encaminarlos hacia el futuro en el cual, además de poder autosostenerse, a su vez, posean la capacidad de ser padres e interactuar positivamente en el trabajo, pareja, familia y sociedad. No obstante, muchas veces, esos esfuerzos no alcanzan los objetivos o, peor aún, en algunos casos, el resultado es el fracaso.
De ahí que, es común oír: nadie nos enseña a ser padres; sin embargo, es posible que, la gran mayoría, en algún momento haya pensado: nadie tiene que decirme cómo criar a mis hijos, en consecuencia, la expresión más realista sería: nadie busca aprender a ser padre, de ahí que, las iniciativas de escuelas para padres, son poco acogidas. En última instancia, diría que, cada cual trae una escuela, con la que fue criado, la cual se replica de manera automática, sin cuestionar, si los métodos son adecuados o no.
Este libro nace en honor a todas las Angelinas y todos los Angelitos, cuyos gritos claman respeto y comprensión. Que se ahogan solas o solos por no poder confiar en nadie. Como autora, tengo la ferviente intención de traer a colación, el serio compromiso que involucra la paternidad. leer todo...