Aquel Cumarebo de mi niñez y Juventud, ha cambiado, la calle San Pedro por donde bajaban los burros que venían de Bariquí, hoy es otra, La Zavarce, la Urdaneta, el cerro de las gallinas, donde jugué pelota callejera, palito mantequillero, el escondido, metras y chapita, donde los "muchachos" teníamos como tarea, cargar agua en latas desde las pilitas de la placita hasta nuestras casas, esas calles no tienen el ambiente de aquellas frescas tardes donde se reunía la familia sentados al frente de la casa, en sillas de cardón, elaboradas por Catano, son imágenes para el recuerdo, perdidas en el tiempo, como la vieja casona, donde nos enseñó las primeras letras la maestra Margarita Reverol.
No existen, La bodega de José Gertrudis, la de José Taborda, Las cuatro esquinas de Irene, El taller de herrería de Chuchua, Paco y Chimené, los vagones de Domingo Romero en la calle Concepción, las conservas de Tacho Ruiz, ni las empanadas de Chila Castro, Yayo cantando la lotería en el bar de Polito Gonzalez, los "negocios" de Medardo Ramones y sus hijos Raúl y Yoyo, Fay García, Fermín Hernández, Ángel Rodríguez. Bernal Sánchez, Valentín Rodríguez, Emeterio Díaz, Chico Perico, Monche Mármol y su farmacia.
Desaparecieron, el bar centro de amigos de Pollón Quiñonez, la esquina, de Saúl Coronel, El cine América, el hotel central, la barbería de Transito Matheus, la carnicería de Victorio, la panadería Taika. El todo a real de los Graceffa, El hotel Capri de los Cicerrelli, la ferretería de Juan Donquis, el Bar de Yita y Ángel Semejal en el cerro. Hermogenes Bolívar El Cañaveral de José Ángel Hoyte,. Nada queda de los balnearios Bella Vista, Santa Rosa y Barranquita, El Ranchito del Pescador y El Gran Chaparral en Pueblo Cumarebo,
La retreta en la plaza, las serenatas con Minche y Fay Blanco, Celis Rovero, Henry Reyes, el negro de Nona, Armando Reyes, José León. Poco a poco cambiaron a Cumarebo, para muchos, un grato e inolvidable recuerdo con el encanto de su gente, atracti leer todo...