Quien respeta a Jesucristo (por lo menos) sabe y recuerda que enseñaba lo siguiente: ?Ustedes, pues, oren así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
Quien escribe estas páginas ama a Jesucristo y en el fondo de su alma siente la necesidad de enfrentar y desenmascarar la depravada tesis de los llamados cristianos reformados que enseñan que: ?todo lo que sucede lo hace Dios?- que ?Dios todo lo ha predeterminado (pre ordenado) por decretos eternos?, - que ?Dios hace tanto el bien como el mal? ? que ?Cristo murió en la cruz para salvación de solo los elegidos?
Llámense como se quieran llamar, quienes enseñan esto, son los más falsos maestros de todos cuantos usan el evangelio para su propio beneficio. No sería exagerado aplicarles el texto de Filipenses 3:18. Realmente son enemigos de la cruz de Cristo cuando enseñan que Dios produce la fe para salvación y aplica el beneficio de la sangre de Jesucristo, solo a los elegidos por decreto eterno.
Por los anteriores motivos, el libro busca hacer pensar:
Sobre la miseria humana (esclavitud y espíritu emperador, autoridad y yugo desigual, usurpación del poder de Dios para dominar y enseñorearse sobre los más débiles, enaltecimiento de los fuertes aniquilando la dignidad y el derecho del ser humano.
Sobre grandeza humana: (el origen, el destino, y la existencia con propósito, apegados al libro que es la carta del Creador para el ser Humano. Justicia y paz; compasión y equidad. Amor, gozo, paciencia, benignidad, bondad, fe, humildad, dominio propio.
Sobre la verdad de un mundo mejor y su entrada que es libre y gratuita; donde el que quiere, puede entrar, pero lo gratuito no quiere decir que no tuvo costo. El costo fue tan alto que solo el mismo Creador pudo pagarlo.
Lo menos que te ofrece la lectura de estas páginas, es que te ayuda a conocer al Santo y Sublime, así como el grandioso destino para el cual fuimos hechos los humanos: ser transformados a la semejanza de Su Hijo.
No intentamos presentar una nueva forma de leer todo...