La poesía se manifiesta por doquier. Las sentencias de Diógenes de Sinope y su propia conducta, estaban cargadas de cinismo y de sabiduría. Su forma de vida controvertía el poder, el estilo, la belleza y la estética de su tiempo. Su existir estaba definido por el desprendimiento de lo formal, pero, aún dentro del detritus de su locura, dejó aforismos de profunda significación y validez como la poesía misma. Quiere decir, que ni la filosofía ni la poesía, pertenecen a algún exclusivo club académico o literario.
De eso trata este libro; del encuentro de palabras extraviadas en la ruleta de años de fantasmas, amores y perdones. Como un rescate de lo proscrito, de lo olvidado o de lo desechado. Versos ignorados, cometidos en el fragor de la juventud, de la rebeldía o del cincelar de tantos POR QUÉ en la garganta.
Este libro está dividido en tres partes, pero con un solo propósito: celebrar las palabras, y los aconteceres extraviados en algún recodo de la melancolía. No de celebrar la métrica y la preceptiva; sí las emociones y las nostalgias, que son repasos por el corazón: recuerdos, mejor dicho. leer todo...

A Robert Burton, por su Anatomía De La Melancolía. A todos los que han intentado definir la melancolía y han fracasado (por supuesto), pues es una simple manifestación del humor por cuenta de la bilis negra, que no se precisa si es una causa o un efecto o si es una enfermedad o un síntoma.
A todos los estudiosos que coinciden en afirmar que la melancolía se manifiesta con la pérdida de la razón, desvaríos y demás actividades del entendimiento.
A los otros, que la condenan como una simple enfermedad causante de la violencia; y a los más, que sostienen que es el producto de todos los males del alma y que las tragedias y los desórdenes emocionales son herencias congénitas que corren por cuenta de la melancolía.
A la melancolía misma, entendida como la sumatoria de todas las emociones, cualquiera su origen, causa o motivo, y a su sonoridad poética que hace que sea una palabra bella, pero en constante metamorfosis.
Dice Eduardo Escobar ??Don Quijote, poema de la melancolía, es la saga de un viaje inútil de dos amigos entre cosas que son y no son??.
Y eso es este libro, un viaje por los momentos de las emociones, a solas o acompañado, en todo caso intentando comunicar lo imposible, lo que nos desvela y nos excita, lo que nos libera y nos asfixia.
Demostraré que la melancolía es la suma de todas las emociones, cualquiera su origen, causa o motivo.
Que la melancolía es la emoción de lo que nos falta o de lo que tenemos, cuando creemos que tenemos algo; el duelo por lo que perdimos si es que alguna vez algo tuvimos, o si solamente fue sueño y pasión. La melancolía es soledad o compañía, indistintamente proveedoras de placer, tristeza o confusión.
¿Es invierno? ¿Es otoño? La primavera, la ausencia de algo amado, la búsqueda de lo imposible: ella, la melancolía, es la matriz, el sustrato de donde surge la palabra poética, el lirismo, la propuesta que contribuye a la complejidad.! ¡Más faltaba que estuviéramos locos! leer todo...