Libro de la Verdad

Todos sabemos que Dios es Misericordioso, por eso nuestros sacerdotes constantemente nos alientan a que acudamos a esa Misericordia Divina para que nos perdone los pecados. Y eso está bien.

Sin embargo, es una verdad incompleta, pues Él está dispuesto a perdonarnos siempre y cuando acudamos con un corazón contrito y humilde, verdaderamente arrepentidos de haberlo herido con nuestros pecados, con sincero propósito de enmienda para no pecar más, y con la real intención de reparar nuestras ofensas. Y debemos ir a un sacerdote y confesarle los pecados y cumplir la penitencia que nos fuere impuesta.

Sin este proceso de la confesión o reconciliación Dios no puede perdonarnos los pecados.

Pero el perdón de nuestros pecados es solo un parte de la Misericordia de Dios, pues por el amor que nos tiene Él siempre está atento a darnos lo que necesitamos para nuestra salvación pero respetando siempre nuestro libre albedrío.

Por eso Él nos indica el camino a seguir, nos advierte de los peligros que nos acechan, nos instruye en la Verdad... Es el verdadero Maestro y Padre que nos acompaña y guía, pero sin obligarnos.

Y una de las formas más claras de cómo realiza este acompañamiento es mediante las revelaciones entregadas a nosotros por medio de Sus profetas. Y para estos Últimos Tiempos, cuando más difícil se pone el camino y más ataques tenemos, Dios está reali-zando un gran Acto de Misericordia por medio de estos Mensajes que estamos entregando en lo que Él mismo llamó El Libro de la Verdad.

Leámoslo con fe, pidiendo siempre la asistencia del Espíritu Santo, pues es Palabra de Dios.

Damos gracias a Dios por permitirnos colaborar con este trabajo en la difusión de la Verdad que Él nos está entregando. leer todo...