El apostador y el palabrero. Sn visa no hay paraiso
A cambio de un caramelo renuncia a la fortuna, porque tan solo le interesa la inmediatez.
El joven estudiante, tal vez tenga como único afán, la obligación del día.
En la medida que la mente evoluciona se espera que sus metas estén con mayor alcance en valor y en el tiempo. En efecto algunas mentes maduran y vislumbran un grado, un doctorado, profesionales con amplia formación, la consolidación de una empresa, etcétera.
Todos esos anteriores hechos son del común de los hombres, la masa mediocre. Muchos se quedan tan solo en ese proyecto nunca realizado, con la añoranza de poder alcanzar su corta meta.
Podemos concluir diciendo que la inmensa mayoría, su capacidad mental no les da para planificar en su existencia más allá de cien (100) años.
Los verdaderamente capaces y con audacia trascienden mas allá de su existencia.
No piensan mezquinamente, tan solo en cien años, piensan en la eternidad.
Esto es lo que verdaderamente distingue a unos, poquísimos, del resto de la montonera. Ojee la historia.
Similar raciocinio podemos hacer con relación a la toma de decisiones; únicamente los sabios toman decisiones trascendentes, el resto aunque en apariencia vea éxito, no son más que simples engañados por sí mismo, y por la masa humana, que para esconder sus fracasos buscan a quien adular.
Son incapaces de ver lo verdaderamente importante.
Apreciado lector, el propósito de esta obra es llevarlo a tomar sabias decisiones. Hemos usado el género de la novela como argumento para que estos puntos sean de mayor visualización, comprensión y en el proceso haya lúdica, emoción... leer todo...