Una novia para mi esposo
vástago que crecía a ritmo acelerado. Ella veterinaria, llevaba días cotidianos entre perros, gatos y plumíferos visitantes, una vida perfecta, un matrimonio perfecto, lo que toda mujer sueña desde temprana edad.
Sin embargo nada en este universo es perfecto, el reloj que lo controla toda, el sol que todo lo ilumina, la luna que a todos oscurece, de vez en vez juegan con la vida de los miserables mortales, colocando pruebas, obstáculos y escollos, sino todo sería una aburrida rutina, y quiso un día ese caprichoso destino jugar con nuestra protagonista familia.
Dolores intensos y punzantes un día rodearon el cuerpo de la bella Susan, mil tridentes carcomiendo su carne, mis aguijones martirizando su piel; una y otra vez, los misteriosos malestares abrumaron a la fémina, una visita al médico de cabecera fue obligada solo para saber que un agresivo y avanzado cáncer abreviaba sus días, acortaba su perfecta vida.
Valiéndose de sutileza y apegando al amor fraternal de su médico, ocultó la pasmosa realidad a su esposo, en vez de someterse a los agoniosos y prologando tratamientos médicos, saco fuerza más bien para dar con una compañera, una amiga, una esposa, una novia para su esposo, por loco que parezca esto ella fundaba sus argumentos, en la idea de no convertirse en un mártir y garantizar más allá de su vida la felicidad de su esposo y de su querido David, su pequeña herencia.
Lo que vendrá en los días posteriores de Susan es dar con esa mujer, con esa novia y esposa que su esposo amará y su hijo buscará cobijo en su regazo, una búsqueda en el universo y con los días contados. leer todo...