El niño al que no lo queria Dios
Un relato dónde lo negativo te impulsa hacia lo positivo.
te da limones aprende a hacer limonada, después de la tempestad viene la calma, entre muchas otras. "El niño al que no lo quería Dios", nos muestra a trav és de un relato de la vida común, es decir sin tanta metáfora, lo que viven cientos o miles de personas día a día y como lamentablemente, muchas no salen de ese apuro y optan por la famosa puerta falsa, quizás faltó alguien que contara como esas situaciones pasan a todas horas en todas partes y que debemos "soportar" esos catorrazos que te da el destino porque independientemente en la posición social en que te encuentres debes tener esa "capacitación mental", no solo cuando pasan cosas malas, sino y con mas fuerza cuando te llegan cosas buenas, ya que debemos saber como no volvernos locos y tener Fe en nuestros ideales, esperanza en realizarlos y siempre buscando el bien de la humanidad.
Sobre el autor...
Raúl, es un maestro en educación, es un profesional independiente en temas nancieros y scales, capacitador académico y empresarial, es socio en empresas de diferentes ramos comerciales y ahora en su debut como escritor, nos muestra en este relato, sin tanto rollo, como a través de su amplia experiencia en diversos temas, le ha tocado ver situaciones de la vida real, de las cuales varias no han tenido un resultado favorable para los involucrados, sin embargo, la idea es que comprendamos como esa situación negativa, te puede dar ese impulso para que te sirva en tu actuar y/o que aprendas de lo vivido, no que dejes de llorar, o lamentarte , ya que es parte del proceso, pero si que sepas canalizar la situación de una mejor manera para tu preparación en este plano terrenal. leer todo...
RAUL IBARRA MARTINEZ
Soy una persona que le gusta investigar y descubrir cosas de todo tipo; me interesan todos los temas en general, ya que de todo se aprende algo. Mis multiples actividades me han permitido acceder a información en algunos casos privilegiada o no tan pública. Soy un hombre libre y de buenas costumbres, por lo que siempre tengo fé en mis ideales, esperanza en realizarlos y siempre por amor a la humanidad.