La enfermera scort del averno

Era un día como cualquier otro, la alta madrugada había tomado por asalto a Bobi Fett que tomó sus cuatro cremitas lyncott de grasa no nociva vegetal y le tocaba escuchar la misma historia de siempre...

En el departamento en el piso de arriba, en el número 6, Dieguito luchaba porque su madre no fuera a trabajar de Scort pretendiendo que era enfermera y terapista de ancianos y personas de la tercera edad, sino que solo atendía hombres atractivos con todo tipo de lesiones deportivas.

Por favor mamacita linda ya no vayas, ya tengo trabajo en casa, el home office nos deja para vivir bien y ahorrar...

Pero quién me dice Dieguito que mañana no me dejaras por una jovencita y yo muera de hambre, sed y tristeza en este lúgubre y frío departamento.

No mamacita, Michel mi hermana y yo ya hicimos un pacto para nunca dejar de procurarte, Paulina ya trabaja en KFC, es gerente y su esposo, el asesino de nuestro papacito, ya accedió con dejarla verte una ves al mes y darte gasto.

La señora Evangelina no daba crédito y seguí poniéndose sus medias negras de satén un hermoso liguero negro y un body de licra negro que dejaba ver su ya gordo y desfigurado cuerpo, pero que ella creía sensual.

Habilidosamente Bobi Fett, caracterizado como Beto, el amigo loquito de Diego del tres, le había regalado dos MP3 y le dijo a Diego que se los pusiera a su Madre cada vez que se pusiera loca y se quisiera ir de escort. leer todo...