Sin afán ni olvido
afectaba el seso desde subteniente cuando recibió la medalla al valor militar por su 'primera baja operativa', como insistía y así quedó en folios. Él sabía que la verdad era otra. Esta reposaba en su agenda personal, la que pocos conocieron.
A Dalivimu su carrera militar y vida se le embrollan al ser llamado a curso de general, como se lo prometió el doctor Jaramillo Botero desde subteniente. A cambio, solo le exigió que tenía que mantenerse fiel al Sistema que el padre de este, don Misael, y su hermano Rufiano, impusieron cuando crearon el celibato político, militar y empresarial de La Montaña; cuyo objetivo era refundar el país, pero para legalizar y proteger a juro el incremento desmesurado de sus ganancias, por sobre cualquier cosa, incluidas las vidas de ciertos insumisos integrantes del ejército de los sin nada, la mayoría de aquel país subcontinental enfermo terminal de nostalgia social.
Cipriano afán no tenía, tampoco olvido. Lo movía el desquite, lo caracterizaba su frialdad pasmosa en todo lo que pensaba, hacía y decía. En algo coincidía con José Juan Encino Urrego. Este, el asesor del coronel Villafuerte Muñiz en materia de estrategia y ciencia política, y confidente durante el tiempo que este oficial de la República fue director de prospectiva institucional en el Comando Central.
Cipriano y José Juan en algo coincidían, cada uno lidiaba desde orillas distintas, aunque del mismo sedimentado río de la patria, con Dalivimu en la mitad del torrentoso cauce nacional. leer todo...
Wilson Rogelio Enciso
Chaguaní, Colombia, 1958.
Novelas: La iluminada muerte de Marco Aurelio Mancipe, Con derrotero incierto, Enfermos del alma, El frío del olvido, Matarratón, El valle de las apariciones - Novela Coral, Berenice, una mujer feliz, Historias guardadas, Sin afán ni olvido y Entropía.
Narraciones: Amé en silencio, y en silencio muero.
Compilaciones: Relatos subcontinentales imperfectos.