En el divan del mis letras
amotinen de cualquier imprevisto, haciéndome saber que aún todavía existo. Palabras que sepan a naranjas jugosas, tan dulces que provoquen, en mi estómago mariposas. Que esperen fieles a que me ponga a jugar con ellas, y no se impacienten si muero en alguna estrella. Busco palabras que sepan aprisionarme. Que me suelten despacio si el amor no quiere abrigarme. Palabras que escriban canciones nunca cantadas, esas que el polen de abeja las transformó en hadas. Palabras lejanas y a la vez cercanas, palabras que sean imanes y atraigan las madrugadas. Suban montañas con tal precisión, que cuando las escriba hagan latir al corazón. Que calmen mi hambruna y mi sed de realidad. Que me hagan olvidar la gravedad de la otredad. Y en definitiva me muestren la única gran verdad. Busco palabras que expresen lo que fui, lo que viví, busco palabras que no tengan miedo de mí... leer todo...