Regocijo del verso

Empiezo por decir que sus composiciones son estrofas armadas con cuartetos en los que predomina la rima consonante entre el primer y tercer verso y el segundo y el cuarto, alejada de libertades contemporáneas. Los poemas tienen cinco estrofas, y hay dos con cuatro. La métrica es variada, entre 9 y 15 sílabas. El tono es formal, festivo, activo, íntimo a veces, poco adolorido, pero sin acidez efervescente.
El lenguaje es idílico, de claridad expresiva y sensibilidad exquisita, romántico, tierno y comprensible, con rasgos de erotismo adobado con pasión.
Su poesía es realidad embebida por la fantasía, complementada con la imaginación de sus lectores. Es expresión de libertad. Resonancia refinada entre sus admiradores.
Como los viejos marineros viven de sus nostalgias, la poeta vive de sus reminiscencias, de las imágenes arrobadoras del mar, de las estampas campestres, enamorada del horizonte, del cielo diurno y de la noche lunar, alejada de las contradicciones de la ciudad.
La poeta se embelesa con flores que danzan (Bellas flores), exhiben sus colores e impresionan los olfatos y alegres juguetean con el rocío primaveral. Flores de múltiples diseños y tamaños, tiernas y mensajeras de amor. Flores que incitan a la pasión como vientres celestiales y embellecen el paisaje como antiguas vestales. En el libro es uno de los dos poemas con cuatro estrofas.
Después del romántico viaje por un jardín de ensueño, la escritora nos regresa al océano con su canto dedicado a las cualidades tangibles del mar (Carnaval marino), sus olas, sus olores, sus riquezas, sus brisas acariciadoras, sus insinuaciones románticas, sus visitantes curiosos y admirados. Ella expresa claramente su enajenamiento por el mar como Alfonsina Storni, que lo eligió para su mausoleo.
Viene a nuestra mente la creadora de tan sofisticados versos escribiendo bajo el arrullo de las olas o sobre el vaivén de una hamaca flotando sobre las arenas de talco. Pero no, la creación de la obra poética ha estado lejos d leer todo...