Julieta
Toda una dinastía...
peripecias por las que tiene que pasar, no una familia, sino varias generaciones y cómo se va afinando el aspecto psicológico y el humano.
Se plantea de un modo, a veces picaresco, a veces decoroso el cómo se desarrollan los acontecimientos en toda una dinastía donde solo un personaje es el centro de la historia. Se trata de Julieta. Todo gira alrededor del ella, quien prevalece a lo largo de toda la obra.
Julieta es el ícono de la versatilidad, del importante desenvolvimiento a través de varias generaciones donde la memoria hace su trabajo estelar en cada uno de los episodios que se narran.
Es notorio el calor humano que se observa, grosso modo y, -aún, en cuanto a las minucias se refiere-, el folclor característico de la costa Caribe. Con un vocabulario, propio en el tiempo y lugar; y el comportamiento típico, a la usanza, se van develando las costumbres que definen la idiosincrasia, que aborda a lo largo de varias generaciones. Generaciones que prevalecen en el personaje que pasa como un sol desde la aurora hasta los asombrosos perfiles de un ocaso donde lo que queda es la satisfacción de los deberes cumplidos. La dicha de haber vivido. De haber vivido toda una dinastía.
Ariello leer todo...