Aprendiendo el Arte de Liderar
Así es, comienza en las características más internas de la persona, nuestro carácter, pues esto es lo que diferencia el liderazgo positivo del negativo, y el impacto final que la vida de un influyente tiene sobre sus seguidores.
Un líder, desarrollará una actitud positiva, haciéndose responsable de sus respuestas ante las circunstancia y las personas que le rodean, es decir, asumiendo que la manera como responde frente a lo que le sucede es finamente su decisión. Es fácil observar, al conocer la vida de grandes líderes, como han sido capaces de "construir puentes de los ladrillos que otros le han lanzado."
Es así, que teniendo esta actitud positiva, utilizarán incluso su insatisfacción del mundo que les ha tocado vivir para formar una visión de futuro esperanzadora, una visión que no se conforma con que las cosas sigan como están, o se mantengan rumbo a la decadencia y la degradación. Esta visión de futuro añade valor, contagia a otros, suma sus manos con disposición a hacer y dar, y deja el mundo mejor de lo que estaba cuando estos visionarios llegaron.
El líder es intencional en el logro de la visión que ha abrazado, por eso define muy bien sus prioridades y enfoque. Es capaz de saber qué no hará, qué delegará y qué asumirá como tarea más importante o acción que debe ser impulsada para generar el cambio esperado.
Si liderazgo tiene todo que ver con influir a los demás, el líder es consciente de la importancia que tienen las relaciones saludables con quienes le rodean, pues sabe que su trabajo no termina cuando se ha levantado a sí mismo, sino cuando ha levantado a otros que se convierten en su equipo. Y es que recibir un cargo o lograr un título, que obliga a otros a seguir nuestras instrucciones, no e leer todo...