En este libro, que lleva por título Dolor y Destino, trato de transmitir el sufrimiento vivido, como muestra de superación.
Tal vez no haya sido culpa directa de mi padre, pues también estaba en riesgo su vida. Yo considero, desde mi punto de vista, que cuando hay que defender el honor y la vida, y cuando está en riesgo tu integridad física, como ser humano, se echa a la suerte el bolado. Si sales triunfador, tendrás el orgullo de haber salido victorioso de esa contienda, sin pensar en el precio y las consecuencias que pueden traer consigo los actos de la defensa de la vida y hasta dónde puedan resultar crueles.
Al final yo estoy feliz, después de tanto sufrimiento: el tiempo cura el dolor y es testigo del pasado, pero más tarde, mi señor padre salió de la prisión y tuve la gran suerte de abrazarlo y disfrutar nuevamente de su compañía. No pierdo el tiempo y me ratifico en reconocer que mi padre fue el maestro de la virtud y de la paciencia. leer todo...