Me siento en la edad perfecta para escribir, soy idealista, buscador de sueños, amante de la justicia y lo que más predico es la tolerancia y el equilibrio. Los creo muy básicos para un mundo que está lleno de disputas y divisiones. La política y la religión son temas que me apasionan, sobre todo el último, debido a mis propias experiencias en este campo. Creo en Dios pero creo que las religiones han añadido ruidos terroríficos a la acústica divina. Me encanta la forma, me conmueve todavía la tragedia del versolibrismo en contra de la poesía tradicional, disfruto de la buena conversación, me deleito en la figura de una bella dama o en la de un caballo altivo, desafiante y libre. Ese soy yo.