No es lo trascendental de la vida, lo que nos hace importantes, basta con vivir esa vida con la rigurosidad de lo simple lo cotidiano y lo breve.
Como lo hacía doña Anastasia la viejita que convencida que todos los animales eran caballos, llegó a encariñarse de un cachirre creyéndolo lógicamente caballo, haciendo que su marido se creyera pelota de ping pong. O como el elefantico que al no tener moco se las ingenió para que pinocho le diera la fórmula para hacer crecer deliberadamente la nariz.
Ahora bien puede darse el caso de aquellos que no tomen la vida con la brevedad que se debería y por eso terminaron derrocados y molidos, caso patético el del rey león al cual no le sirvió su fuerza, su arrogancia ni su hegemonía ya que un gallo patiamarillo crestón y embustero le arrebato el reino, claro que en tal caso no fue tanta la estrategia de Ormuz el gallo en mención, `pues que fue sirra la nube, eterna enemiga del sol la que le dio el reino y de paso puso en ridículo a su archi enemigo. Y hablando del sol este tampoco se mostraba demasiado amigo de los hombres de cera, los cuales convirtieron la noche en día para poder trabajar, y el agua en camas para no derretirse, con todo y eso llevaron una vida normal hasta que uno se encontrara una guaca que hubiera traído la desgracia a su país de no haber sido por el ratoncito de cola web, que salvó la situación apretada del hombre que había caído en un pailón repleto de monedas hirvientes.
Pese a todo parece ser que la peor parte del cuento se la llevó la perrilla wimi quien por distraída perdió a sus amos y con ella su vida de candidez la cual solo recuperó en el otoño de sus díasl. leer todo...