Quisiera comenzar confesando que tengo dos vidas: En una de ellas me muevo entre oscuras pantallas llenas de códigos y algoritmos, hiperconexiones entre redes y aplicaciones de inteligencia artificial. Es un mundo exacto, actual y fascinante, pero aún así, una parte de mí buscaba algo más. Un medio a través del cual penetrar en difusos problemas humanos como los abismos del miedo y la magia del amor. Un instrumento para construir mundos diferentes al que conocemos.
Desde que tengo memoria he sido un lector voraz, pero fue a raíz de un fuerte suceso en mi vida que busqué un cauce a través del cual expresar la plétora de sentimientos que se mezclaban en mí. Fue una experiencia sanadora, y no solo eso, sino también como un dique que se rompe, pues después no pude dejar de escribir, de amasar criaturas hechas de letras.
Basta de fueron felices y comieron perdices. Basta de clichés y fórmulas repetidas. La poesía es un espacio para ser honesto y eso es lo que destilan estas páginas: desgarradora honestidad.
Siete años después de la publicación de su primer libro: Hacia el ruido y la lluvia, Andrés Acevedo nos sorprende con una colección de poesía que se muestra creada con paciencia, de manera orgánica y paralela a la experiencia vital del autor.
Los poemas de esta obra abarcan diferentes temáticas, pero todos se sienten cobijados por aquella luz de la noche púrpura, un estilo y unos sentimientos transversales a todo el libro como la melancolía y la maravilla ante lo sublime.
Para aquellos lectores que busquen una voz actual, Andrés Acevedo se revela como una novedosa promesa de las letras latinoamericanas quien con Estrella de la noche púrpura demuestra que su producción literaria no se ha detenido desde su primera publicación sino que, al contrario, se ha tomado el tiempo necesario para perfeccionarse y crecer en hondura poética.
¿Acaso no estamos vivos? ¿Acaso nuestros dramas no merecen ser narrados?
Nada te importan las cadenas de un condenado en Siberia cuando tus problemas te devoran la cabeza desde el momento en que despiertas en una cómoda habitación. Y sabes también que hay una persona cuya mirada te pone a temblar más de lo que podrían hacerlo las fauces de un dragón.
En esta colección, historias que podrían parecer cotidianas reclaman el papel de protagonistas y nos muestran que todas las vidas están hechas de la misma esencia trascendente, bella y terrible. Con esta obra, Andrés Acevedo, premiado en varios concursos de cuento, se perfila como una de las más prometedoras voces de la literatura colombiana.
Esta compilación está conformada por los siguientes relatos:
-El espejero
-Los Bichos
-Un día de Julio
-Historia clínica: Aristóbulo Jiménez
-Los primos Moreno
-Cenizas de una fábula
-Tierra húmeda
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